12
octubre
74
La sombra desgarrada de la aurora
siempre roja no es igual en cada día
Ni los espejos colmados
en los ojos minuciosos y en lo oscuro
ya me reconocen
El rumbo no se desintegra
acelera su camino
en mi cuerpo que ya se desvanece
incesante y preciso
a pesar del cada día
Vean
cuanto sufrimiento hinca sus lamidas cada noche
como latigazos en el alma
Jamás termino de aprender